May
11
Ayer fue un día especial porque muchos nos habíamos reunido con una misma meta: apoyar la carrera contra el cáncer de mama. La marea rosa inundaba 7,5 kilómetros del centro de Madrid. Había personas de todas la edades, desde una preciosa mujer de 88 años, hasta Lucía y Marta, dos bebés a punto de nacer. Mujeres, niños y hasta hombres y perros disfrazados de mujeres que peleaban de otra manera contra el cáncer. 32000 historias por las que caminar.Hubo lagrimas de emoción, gritos y carteles de ánimo por las calles, y una energía positiva que no se quedo solo en la carrera.
Fuimos por dos motivos; el personal, y para dejar constancia de que alcanzar la meta es posible.