Subidos a lomos de una bici, corriendo hacia un mar que nadan juntos

Diferente. La boda de Nieves y Héctor podríamos definirla así. Rompieron los esquemas de otras bodas. Lo único que se salvó fue el vestido que sí, era blanco, ¡pero corto!. Los labios y las uñas destacaron por ese color rosa fucsia que tanto le gusta a la novia.Héctor no se quedaba atrás. Al sentarse nos dimos cuenta del rojo llamativo de sus calcetines y de esos maravillosos tirantes que tanto nos gustan.Era una princesa rebelde pero con zapatos de cristal y él un superhéroe con pajarita de cuadros.

Pero no solo los novios destacaron. Llevaban un apoyo importante…¡sus damos y damas!La ceremonia fue emotiva pues los mejores amigos y familiares leyeron anécdotas e historias que evocaban el pasado de los protagonistas. La orquesta acompañaba la voz del padre de Héctor, que oficiaba la ceremonia, y eso hacía que fuera más especial pues no hubo un solo miembro de la familia que no participara en el acto.

Los jardines de La Cañada Real parecía un escenario de esas películas americanas romanticonas que todo el mundo envidiamos. Todo estaba cuidado al detalle: cubretacones, pétalos, pañuelos “para lágrimas de felicidad”, complementos en los servicios, etc. La noche se abrió con el flash-move que prepararon entre todos para los novios.

¡Ahora a disfrutar de la luna de miel! Felicidades pareja.