Bautizo

Una nueva luz de ojitos curiosos

Los sábados suelen ser días de bodas muy movidos, con nervios, gente y gente y más gente pero éste no fue así. Teníamos un bautizo, íntimo como suelen celebrarlo en esta familia a la que le hemos cogido aprecio, y con mucha ilusión ¡eso sí!.

Marcos, el pequeñito de la casa, estaba muy tranquilo aunque no conseguía dormirse. Natalia, la mamá, lo puso junto a todas sus cositas del bautizo en la habitación de su hermano, así que empezaron las fotos sin darnos cuenta de un invitado. El pequeño Nico ¡estaba escondido entre las cortinas!,¡y vaya susto!. Después se convirtió en el compañero ideal, haciendo carantoñas a su hermano, hablando sobre sus perros, sobre sus «dibus» animados preferidos y contándonos que su hermano aún no jugaba a la pelota como él.

Después del baño, tocaba hacer algunas fotos en el jardín al papá Ricardo con Nicolás… y sus dos largatijas. Captamos algunos gestos muy bonitos y al torbellino de la casa con su espada vikinga.

Cuando ya estaban todos arreglados, Marcos empezó a notar el calor de su precioso traje de cristianar y es que… ¡cualquiera no con ese bochorno!. Aunque de todas maneras hicimos algunas fotos en familia antes de poner rumbo a la Iglesia de Santa Beatríz de Silva, donde esperaban tíos, abuelos y primos. Fue una ceremonia breve, en familia, con un ambiente que dejaba ver lo cotidiano de un momento tan importante. Después de las sencillas palabras del párroco, el bautizo fue como la seda y el agua de la pila le vino a Marcos de perilla. Miradas de cariño, niños revoloteando y deseando jugar, y adultos emocionados alrededor de la pila.

Después de las fotos de grupo, solo quedaba irse a comer en familia y pasarlo muy bien. Gracias por confiar de nuevo en Sánchez de Rojas Fotografía.

La princesita castellana

Este fin de semana disfrutamos del sábado más delicado. La protagonista esta vez fue una preciosa niña de lo más curiosa llamada Mencía. Le encantaron sus vestidos de volantes y lazos, y nos regaló gestos preciosos con los que se nos caía la baba. También a los papás que disfrutaban de su niña cuando nos recibieron en casa. Fotos, detalles y un poco de nervios mientras la niña se lo pasaba pipa con esas chicas con cámaras… ¡y qué bien se portó!

Luz, sonrisas tranquilas y mucho cariño para celebrar su bautizo, así podemos resumirlo. Cada detalle, muy bien pensado, estaba preparado para deleite de grandes y peques. Dulces, notas y hasta su propia coronita de hilo. La familia disfrutó de un día agradable en El Cigarral El Bosque en un ambiente espectacular y unas vistas impresionantes del atardecer toledano. Fue un día íntimo y familiar que quedo en el corazón de todos.

Gracias por tratarnos tan bien a Marta, Luis y toda la familia. ¡Qué esa preciosidad os siga dando alegrías!