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2017El día 15 tuvimos una boda muy muy especial. De esas de familia casi. Ya hemos hecho muchas bodas de esta preciosa familia y el sábado no podía ser menos. Empezamos el tour preguntándonos por el calor, como siempre, pero enseguida, cuando nos ponemos en marcha , se nos olvida todo.Comimos temprano para ir con el estomaguillo lleno a casa de la novia y no desmayarnos en el intento. Cuando llegamos nos recibió su hermano, pero nos advirtió de que aún, las mujeres de la casa , no habían llegado. Así que aprovechamos para hacer las fotografías de ese sencillo vestido, los originales zapatos, los anillos, el precioso ramo… y todos los detalles que la novia estaba apunto de lucir. Todo esto, en una maravillosa buhardilla presidida por un Steinway, que alguna tuvimos la suerte de tocar…Gracias mamá de la novia! Mientras disfrutábamos con bodegones entre teclas y contraluces, oímos llegar a las mujeres del cuento, primero pasó la mama de la novia, Sol, que se encontró con nuestra cámara apunto de disparar. Luego, Marta, la novia que venía dispuesta a reír. Unas cuantas fotos de los primeros preparativos y de un buen gazpachito, y rumbo casa de Jaime.
Al abrir la puerta no hubo más que sonrisas,que es lo que caracteriza al novio. Jaime, que así es como se llama el protagonista, tenía todo preparado; las corbatas, que crearon un acertijo, los gemelos, los zapatos..y aquel traje sorpresa y diferente del resto. Hubo fotografías con toda la familia que ya estaba lista para el evento, y que por supuesto, también sonreía. Los nervios, aparentemente, no eran muchos, pero nosotras sabemos que se escondía tras ese bonito traje.
Después, volvimos a casa de la novia, donde nos esperaban unas cuantas damas…y un damo! Que sin duda, era líder de la fiesta. La novia estaba tranquila, es lógico con tanta amiga, pero quedaba poco tiempo y tenía que vestirse! Nos pillaba el toro. Primero, se vistieron todos los que la acompañaban para después ayudarla. Así se hizo, y los primeros nervios empezaron a surgir, pero la novia iba pareciendo eso, una preciosa novia. Unas cuantas fotos en ese enorme jardín y rumbo catedral!
En la maravillosa y mágica Catedral, presidió el calor y la gente. Mucha en pocos metros cuadrados. Durante la misa, más de una carantoña, un guiño y una risa que se escondía de las miradas del sacerdote. También hubo más de una lagrima de emoción tras el sí quiero de la pareja. Y es que todo marchaba según lo previsto. Después de las firmas, las fotos familiares,para acabar con una largo paseo hasta la llegada al arroz. Si en muchas bodas hemos tenido kilos y kilos, aquí eran toneladas. Hubo infinitos abrazos y felicitaciones a la pareja, en aquella cuesta resbaladiza y protegida por asiáticos con cámaras mejores que las nuestras. Cuando cazamos todo ese cariño, pasamos a realizar algunas fotos al claustro donde hubo más amor y más sonrisas. Pero el tiempo era limitado así que partimos corriendo con nuestras compis geniales de aquel día.
En el cóctel una grata sorpresa para los invitados, pues fueron los novios los que los recibirían! Todo un bonito gesto. Las enhorabuenas abundaban,los abrazos y más de una broma,también, y el photocall improvisado a la entrada de un impactante Cigarral de Las Mercedes nos dio varias fotografías con amigos y familiares. Después la rica comida iba pasando sin dejar hueco entre plato y plato, y los primeros valientes se ponían ante la imponente silueta de Toledo, ese era nuestro momento para realizar las fotos de grupo!
El salón estaba listo, lleno de paniculata y orquideas, cubiertos colocados a la perfección y una nueva carpa que nuestra cámara estaba deseando recoger. Primero, pasaron las damas y el damo, abriendo camino para los recién marido y mujer, que brincaron por todo el salón demostrando la felicidad que llevaban dentro. Servilletas al aire, más de ¡Qué vivan los novios! y algún baile espontáneo al son de la música, abrían la cena. Una cena, que tranquila no fue. Estuvo llena de sorpresas, primero para padres y hermanos, después unos cuantos ramos a amigas y futuros matrimonios, y por último ese video tan emotivo donde se recordaba los inicios de la pareja y los momentos vividos con familia y amigos a lo largo de su historia antes del matrimonio. ¡Cuanta emoción! La cena acabó con nuestros queridos «Oliva» cantando, la novia transformando su look, y los invitados pidiendo las primeras copas.
Durante el banquete, algo muy especial les esperaba; «El Confesionario» montado por nuestro compi y destinado a saber los mayores secretos de la pareja. Hubo verdaderas carcajadas y alguna que otra frase emotiva. Mientras, los invitados bailaban las primeras canciones y la pista se llenaba poco a poco. Todo el mundo esperaba el baile de los novios , que salió a la perfección, para después continuar bailando y hacer un flashmob de esos que tanto nos gustan. ¡Toda la boda a bailaaaar! Entre coreografía, porque los invitados se sabían todas, y coreografía, una sorpresa de uno de los invitados, Luis,un experto en fotografía nocturna y nuestra competencia en cada boda «Olivense». Un piano esperaba para que Sol lo tocase acompañada de su hija y ante la atenta mirada de su yerno y el resto de su familia. Y aunque el piano no estuviese afinado, la música sonó como si estuviera ensayado. A dos manos entre madre e hija, amenizaron ese momento que con tanta ilusión había preparado Luis. De ahí a la pista de baile! El confesionario seguía recogiendo gente e infinidad de bromas y nosotras «pasito a pasito» fuimos acabando nuestras fotos y despidiendonos con ese inmenso cariño de los que allí se encontraban.
Gracias por elegirnos, por sonreir, por ponerlo fácil. Ha sido un verdadero placer formar parte de uno de los días más especiales de vuestra vida. Gracias familias de los novios! Nos vemos pronto pareja!!!