«Todo tiene quien todo da»

Esta vez tocaba adentrarnos en un lugar de cuento; los jardines y el palacio de Aranjuez.

Nos esperaban Jorge y Macarena llenos de alegría e ilusión, y sí, como en casi todas las primeras ocasiones… algo nerviosos. ¡Benditos nervios! -pensábamos detrás del visor- pues los ataques de risa y los gestos de cariño que provocaban la vergüenza y el gusanillo del estomago hicieron que las fotos fueran mucho más naturales y divertidas.Lo hicieron todo fácil, tanto que cayó la noche y ni nos enteramos.

Los lugares míticos quedaron atrás y decidimos ir a uno de los bares preferidos de esta pareja. El local estaba lleno de vinilos, juegos antiguos, música buena y una decoración especial hasta en el último rincón de aquel mágico lugar.

La sensación que nos llevábamos fue de felicidad, hicimos miles de fotos, y aun con eso nos quedamos con ganas de más. Que llegue pronto la boda, porque parece que la relación que entablamos con estos novios no se quedará solo en ese día…¡Gracias pareja!