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2015Este último fin de semana ha sido muy movido pero de una manera un tanto diferente. El calendario ha estado lleno de eventos, entre los que destaca la inauguración de la Quinta de Monteguerra.
Cerca de Herencia, la finca es una antigua casa de labranza enclavada entre encinas, tierra tostada y una agradable calma. Un sitio donde desconectar pero también en el que se organizan eventos pequeños o de gran magnitud ya que cuenta con espacios de diversos tamaños y diez habitaciones, a cada cual más acogedora. A pesar de estar reformada, han sabido combinar lo moderno y lo antiguo. Conserva todo su encanto en los detalles arquitectónicos, mimosamente estudiados, y en la sensación “familiar” que se respira entre el personal. Será que nosotras, con solo ir dos veces, ya nos sentimos como en casa.
El evento era una puesta de largo, una presentación en sociedad que no defraudó. Comenzando con una charla y unos traillers que hacían abrir la boca, los asistentes tuvimos la oportunidad de recorrer cada rincón con unos guías de excepción: los dueños y responsables de la finca. Fue una de las mejores partes de la tarde ya que podían explicar, no solo la visión de negocio como el número de comensales y las distancias a los puntos de interés más cercanos, si no también qué partes fueron de la antigua casa de los señores o las cuadras. Y lo que tuvo que ser una reforma hercúlea cuidada al detalle, lo explicaban fácil. Eso es lo que nos encanta, la implicación y la sencilla alegría de adorar el trabajo en el que has puesto toda tu ilusión. Y eso era indiscutible en todas las explicaciones.
Los invitados recorrían cada rincón, hacían fotos y comentaban, impresionados por el resultado. Todo estaba cuidado al máximo y daba la sensación de estar preparado para ese mismo instante. Como un coche listo para cruzar la línea de salida. Después, el cóctel que se sirvió en el patio interior fue todo un lujo ya que permitía la charla distendida y el poder disfrutar de la maravillosa caída del sol con una temperatura envidiable… ¡menudo privilegio!
Muchísimas gracias a Ana, a Juan Antonio y a todo el equipo de profesionales que trabajan allí por su invitación, por supuesto, pero además por su calidez y su interés. La tarde se portó genial y les permitió mostrar toda su elegancia. Felicidades una vez más.
Parafraseando a Juan Antonio: “Cuando las cosas se hacen con cariño, salen bien.”
Y no podemos estar más de acuerdo.